
Andaba yo preocupado estos días Señores míos, con aquella mariposilla estomacal de encontrar un primer foco donde lanzar la resbaladiza cuerda de mi primer post en este mes de responsabilidades internautas. Y resulta que iba a ser El País (con tilde o sin tilde como ustedes prefieran) quien, en este primaveral domingo de invierno, iba a regalarme el licor del primer bocado de estos treinta días de reinado.
Resulta que, practicando el deporte nacional – también denominado jogging de lengua, o cómo se escriba- en mitad de un soporífera guardia (ora bien por el tiempo caluroso, ora bien y sobre todo por el hastío del domingo hospitalario), me encuentro con El Semanal en la sala de las señoras (vs. señoritas) enfermeras, entre los mil humos de sus tabacos light y el aroma mañanero de las tostadas. Y lo abro con aire desinteresado, a la par que con él, remuevo el mismo aire para tratar de inhalar alguna traza menos de la -faringítica- nicotina ambiental on the morning, y me sorprende el desayuno con esta absoluta manifestacion del glamour fotográfico (diamantes sin ironía ninguna) y con un texto sorprendentemente muy cuco. Aquí les dejo el video resumen (porque uno, que es muy aplicado, se fue después a la red de redes falsheado aún por las imágenes) y les recomiendo encarecidameme dos tareas: uno disfruten el video, y dos, no dejen de ver las fotos y el leer el reportaje.
A los que esperamos la próxima película con tanto entusiasmo es como un poco de nicotina on the morning mientras llega el cohiba.
Besos y saludos dominicales a todos estén dónde estén y hagan lo que hagan, se les quiere.
Diego.